Lago Manitou, Ontario
Ernesto Hontoria López
Aprovechando que teníamos a mis suegros casa, y de que ellos también disfrutan de los paseos por el campo, decidimos aventurarnos Canadá adentro, a un sitio a donde aún no llega la señal del celular: el lago Manitou. Al que fuimos, está dos horas en carro al norte de North Bay (unos 115 km), que a su vez se encuentra a tres horas y media al norte de Toronto (otros 357km). Digo ´al que fuimos´ porque en la provincia de Ontario hay al menos dos lagos llamados Manitou: el que visitamos este verano, y otro más grande en una isla del lago Hurón llamada Manitoulin.
¿Por qué escogimos ir allí? En realidad, por dejados; por no reservar con tiempo un campamento en un parque provincial más cercano a la casa. En los parques provinciales de Ontario existen dos tipos diferentes de campamentos: los que uno llega con su carro hasta el mero sitio y se estaciona junto al campamento, y los que a uno le toca llegar por sus medios (caminando o en canoa) hasta los lugares de pernocte, con los macundales a cuestas. Los primeros se llenan enseguida. En realidad, no todos. Se llenan los que están en radio de 4 o 5 horas de manejo de Toronto.
Los canadienses planean todo con una anticipación enervante, incluyendo las fechas en las que van a ir acampar. Con unos 5 meses de antelación los mejores campamentos de los parques que están en un radio de dos o tres horas en carro de Toronto están reservados. Con 3 meses de antelación casi todos en un radio de cuatro horas; y cuando por fin en casa logramos consenso de fechas, ya no queda ninguno libre a menos de 6 horas de Toronto.
Por esa dinámica en la planificación de los campamentos conocimos hace un par de años el parque provincial del lago Superior, que nos quedaba a casi 10 horas de la casa. A partir de ese momento hemos optado por el segundo tipo de campamentos, que es el que llaman por aquí ´back country´ que suelen tener una demanda considerablemente inferior, con lo cual uno consigue campamentos a una distancia relativamente más corta en carro, pero después le toca a uno pegarse una buena caminata o remada, como ya dije, portando con todos los peroles.
Este año en particular, la dinámica planificadora fue un tanto más compleja porque habían más personas envueltas. No sólo era el núcleo familiar, que con la adolescencia de un par de miembros se ha vuelto más conflictivo, también había que coordinar las fechas con los suegros, la familia del cuñado, la cuñada y hasta con la perra de mi cuñada que también estaba en casa. Tuvimos que descartar, por ejemplo, algunos campamentos ´back country´ disponibles más cercanos a la casa, porque resultaban un tanto retadores en términos de esfuerzo físico para llegar a ellos. Por suerte, y para alivio de mi cuñada que prefiere la tranquilidad y seguridad del hogar, que disfrutar en una carpa del zum, zum de los mosquitos, el resplandor de los rayos y el arrullo de los truenos, descubrimos en internet la existencia de un lugar que lucía bastante acogedor a orillas del lago Manitou: ´Lodge On The Point´.
Lodge On The Point es un conjunto de 5 cabañas de madera convenientemente localizado en una suerte de península en la margen occidental del lago Manitou, junto a la Ontario 805. Pertenece a Tim y Roz Arsenault quienes nos recibieron y atendieron en un ambiente familiar. Tuvimos la suerte de ser los únicos huéspedes ese fin de semana, con lo cual no teníamos competencia por el uso de las áreas comunes, las mesas al borde del lago, las parrilleras, o el muelle frente a la cabaña principal del hostal. Nos alojamos los diez en una cabaña llamada ´Cedar Grove´ que tenía tres habitaciones, un baño, una sala y una cocina bien equipada. Dos de las habitaciones tenían dos camas dobles y la tercera una litera en la que hubiesen podido dormir 4 niños, o dos parejas de tortolos. La cabaña contaba además con un porche con vista al lago, muy agradable para desayunar, tomar café y conversar.
Por lo general, siempre que vamos de campamento, pasamos el día recorriendo la zona, bien sea a pie o en canoa. Solemos almorzar ligero en el camino y regresar por la tarde al sitio de pernocte para cenar caliente, conversar al calor de una hoguera y dormir. Esta vez fue diferente en el sentido que el lugar no tiene senderos cercanos para caminar por el bosque, y no conseguimos en el área una tienda para alquilar canoas para recorrer el lago. Lodge On The Point cuenta con un par de canoas para alquilar a sus huéspedes, pero con 10 personas y un perro, necesitábamos al menos dos canoas más para intentar la aventura. De manera que cambiamos nuestros planes y nos dispusimos a pasarla bien con lo que el hostal tenía a la orden: dos tablas de paddle surf, un bote de pedal, además del par de canoas.
La experiencia terminó resultando de lo mejor. La pasamos excelente, jugando en el lago, conversando, durmiendo siestas, retozando y completamente despreocupados. Es un lugar ideal para desconectarse de la tecnología, relajarse y conversar. La cabaña que nos tocó está muy bien mantenida y nuestros anfitriones fueron bastante atentos con nosotros. Bien vale la pena repetir la experiencia.
No se puede decir que
Ontario esté corto de lagos. Además de los grandes, que son inmensos, la
provincia está llena de una variedad de lagos y lagunas de todos los tamaños
que la tornan un paraíso para quienes disfrutamos los deportes acuáticos, sobre
todo en verano que es cuando uno puede meterse en ellos.
Y así como tiene
lagos, la provincia tiene parques (llamados ´parques provinciales´) en los que
uno puede acampar, canotear, caminar, bicicletear, bañarse en playas de arena o
saltar al agua desde las rocas. Canadá es un país inmenso con una densidad
poblacional muy baja, lo cual termina siendo muy conveniente para la práctica
de deportes de aventura. La mayoría de las 10 provincias siguen el mismo
patrón. Es decir, hay monte parejo, y como ya imaginarán un lago tras cada
árbol y paisajes alucinantes que bien vale la pena conocer.
Aprovechando que teníamos a mis suegros casa, y de que ellos también disfrutan de los paseos por el campo, decidimos aventurarnos Canadá adentro, a un sitio a donde aún no llega la señal del celular: el lago Manitou. Al que fuimos, está dos horas en carro al norte de North Bay (unos 115 km), que a su vez se encuentra a tres horas y media al norte de Toronto (otros 357km). Digo ´al que fuimos´ porque en la provincia de Ontario hay al menos dos lagos llamados Manitou: el que visitamos este verano, y otro más grande en una isla del lago Hurón llamada Manitoulin.
¿Por qué escogimos ir allí? En realidad, por dejados; por no reservar con tiempo un campamento en un parque provincial más cercano a la casa. En los parques provinciales de Ontario existen dos tipos diferentes de campamentos: los que uno llega con su carro hasta el mero sitio y se estaciona junto al campamento, y los que a uno le toca llegar por sus medios (caminando o en canoa) hasta los lugares de pernocte, con los macundales a cuestas. Los primeros se llenan enseguida. En realidad, no todos. Se llenan los que están en radio de 4 o 5 horas de manejo de Toronto.
Los canadienses planean todo con una anticipación enervante, incluyendo las fechas en las que van a ir acampar. Con unos 5 meses de antelación los mejores campamentos de los parques que están en un radio de dos o tres horas en carro de Toronto están reservados. Con 3 meses de antelación casi todos en un radio de cuatro horas; y cuando por fin en casa logramos consenso de fechas, ya no queda ninguno libre a menos de 6 horas de Toronto.
Por esa dinámica en la planificación de los campamentos conocimos hace un par de años el parque provincial del lago Superior, que nos quedaba a casi 10 horas de la casa. A partir de ese momento hemos optado por el segundo tipo de campamentos, que es el que llaman por aquí ´back country´ que suelen tener una demanda considerablemente inferior, con lo cual uno consigue campamentos a una distancia relativamente más corta en carro, pero después le toca a uno pegarse una buena caminata o remada, como ya dije, portando con todos los peroles.
Este año en particular, la dinámica planificadora fue un tanto más compleja porque habían más personas envueltas. No sólo era el núcleo familiar, que con la adolescencia de un par de miembros se ha vuelto más conflictivo, también había que coordinar las fechas con los suegros, la familia del cuñado, la cuñada y hasta con la perra de mi cuñada que también estaba en casa. Tuvimos que descartar, por ejemplo, algunos campamentos ´back country´ disponibles más cercanos a la casa, porque resultaban un tanto retadores en términos de esfuerzo físico para llegar a ellos. Por suerte, y para alivio de mi cuñada que prefiere la tranquilidad y seguridad del hogar, que disfrutar en una carpa del zum, zum de los mosquitos, el resplandor de los rayos y el arrullo de los truenos, descubrimos en internet la existencia de un lugar que lucía bastante acogedor a orillas del lago Manitou: ´Lodge On The Point´.
Lodge On The Point es un conjunto de 5 cabañas de madera convenientemente localizado en una suerte de península en la margen occidental del lago Manitou, junto a la Ontario 805. Pertenece a Tim y Roz Arsenault quienes nos recibieron y atendieron en un ambiente familiar. Tuvimos la suerte de ser los únicos huéspedes ese fin de semana, con lo cual no teníamos competencia por el uso de las áreas comunes, las mesas al borde del lago, las parrilleras, o el muelle frente a la cabaña principal del hostal. Nos alojamos los diez en una cabaña llamada ´Cedar Grove´ que tenía tres habitaciones, un baño, una sala y una cocina bien equipada. Dos de las habitaciones tenían dos camas dobles y la tercera una litera en la que hubiesen podido dormir 4 niños, o dos parejas de tortolos. La cabaña contaba además con un porche con vista al lago, muy agradable para desayunar, tomar café y conversar.
Por lo general, siempre que vamos de campamento, pasamos el día recorriendo la zona, bien sea a pie o en canoa. Solemos almorzar ligero en el camino y regresar por la tarde al sitio de pernocte para cenar caliente, conversar al calor de una hoguera y dormir. Esta vez fue diferente en el sentido que el lugar no tiene senderos cercanos para caminar por el bosque, y no conseguimos en el área una tienda para alquilar canoas para recorrer el lago. Lodge On The Point cuenta con un par de canoas para alquilar a sus huéspedes, pero con 10 personas y un perro, necesitábamos al menos dos canoas más para intentar la aventura. De manera que cambiamos nuestros planes y nos dispusimos a pasarla bien con lo que el hostal tenía a la orden: dos tablas de paddle surf, un bote de pedal, además del par de canoas.
La experiencia terminó resultando de lo mejor. La pasamos excelente, jugando en el lago, conversando, durmiendo siestas, retozando y completamente despreocupados. Es un lugar ideal para desconectarse de la tecnología, relajarse y conversar. La cabaña que nos tocó está muy bien mantenida y nuestros anfitriones fueron bastante atentos con nosotros. Bien vale la pena repetir la experiencia.
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