La Llovizna

 Ernesto Hontoria López

En 2001, con mi esposa embarazada de nuestro primer hijo, tocamos La Llovizna, famosa cascada del rio Caroní, muy cerca de su confluencia con el Orinoco, a la altura de San Félix. Ya la habíamos visto de cerca varias veces antes, desde el parque que lleva su nombre, en diferentes viajes a Puerto Ordaz, para los cruces a nado del Orinoco y el Caroní. El parque La Llovizna, por su encanto, es parada obligada cuando uno visita la zona. Lo que no es tan sencillo es poder ver la cascada desde el agua misma, llegar a sentir el golpe de esta al caer sobre la proa del kayak y al rocío empaparte tan de cerca. Remar en La Llovizna fue una experiencia completamente nueva, diría yo que, de privilegiados, porque así nos sentimos ese día en que Edgar nos llevó a remar en el parque.

La oportunidad se nos presentó en el mes de junio o julio, no recuerdo ya con precisión. Fue hace 19 años. No teníamos mucho tiempo de habernos mudado a vivir a Puerto La Cruz, cuando recibí el correo electrónico de Edgar López, un entrenador de piragüismo que había conocido en la Mariposa[1]. Él se había mudado a San Félix con un contrato para formar a las nuevas generaciones de piragüistas de esa ciudad. En el curso de sus nuevas funciones había organizado una competencia para remontar no se cuántos kilómetros del rio Orinoco, y tuvo la gentileza de extender la invitación a sus conocidos del embalse caraqueño, supongo que para darle un mayor realce a la prueba.

No recuerdo que el llamado hubiese reunido muchos atletas de otros rincones del país, por lo cual, cuando llegamos a reunirnos con Edgar, recibimos un trato muy personalizado. Por condiciones adversas en el río, hubo que suspender por varias horas la competencia, y cuando finalmente se dio, en lugar de un trayecto largo, se escogió un formato circular bastante corto y estrecho, en el que se pudieran observar a todos los canotistas, sin que se desperdigasen mucho. Un tanto avergonzado por los cambios de planes, Edgar nos prometió, a los cuatro gatos que habíamos venido de lejos, llevarnos al día siguiente a visitar La Llovizna en nuestras piraguas.

El domingo temprano nos reunimos con él en la entrada de un camino de tierra. Unos metros más adelante, tras pasar una alambrada, dejamos parqueadas las camionetas y cargamos las piraguas por el monte hasta llegar al río Caroní. De allí en adelante las fotos hablan del paseo.





PD.: Descubro entre mis papeles un certificado de participación al Campeonato Nacional de Canotaje: ¨Un Regalo al Rio Orinoco¨. Los hechos narrados corresponden al 1 y 2 de septiembre de 2001.

[1] El embalse La Mariposa, ubicado a 8 kilómetros de Caracas fue construido para surtir de agua la ciudad y sirve de centro de entrenamiento de piragüistas y canotistas.

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