Ascenso al Pico Mulhacén // Trekking to Peak Mulhacen - Sierra Nevada de Granada España (Spain)
Contar con una prima aficionada a las carreras de montaña, con experiencia subiendo al Mulhacén y conectada con montañistas andaluces, ayuda un mundo a sortear las dificultades logísticas que preparar una excursión desde Canadá al techo de la península ibérica requiere. No es que sean diligencias complicadas per se, pero zapatero a su zapato, más fácil resulta a quién sabe todo del asunto que a quienes nos ponemos a inventar excursiones por Google. El caso es que Mimi, nuestra prima jienense, se encargó de toda la organización y detalles; sólo hubo que decirle cuántos íbamos y qué día queríamos subir.
Según ella me
cuenta, hay muchas rutas para alcanzar el Mulhacén. La más chula para ser subiendo
por Las Alpujarras y haciendo noche en el refugio
de Poqueira. La descartamos por dos razones: estábamos aún en la cola de la
pandemia y no sabíamos como iban a ser las condiciones del refugio para pasar
la noche, si es que lo abrían; y segundo, agregar una noche en la montaña
incrementaba el peso de las maletas, que en esta visita a España tenían como
objeto principal asistir a la boda de Jorge y Alejandra en Valencia. De manera
que nos decantamos por una opción menos linda, pero de un solo día de duración:
la Hoya de la Mora.José y Natalia en el Mulhacén
Pico Mulhacén (14 jun 2022) |
El plan era
sencillo. Mimi nos pasaba buscando por el hotel a las 7 de la mañana en la
furgoneta de José, su amigo montañero, guía de múltiples actividades deportivas
incluyendo senderismo para la Universidad de Jaén, nos llegábamos hasta La Hoya
de la Mora, aparcábamos la furgoneta allí y tomábamos el autobusillo hasta las
posiciones del Veleta donde comenzaba el trayecto a pie hasta el pico Mulhacén.
Como no conseguimos plazas en el bus de las 8 de la mañana, Mimi reservó para
el de las 9:30 am y quedamos en que nos pasarían buscando por nuestro hotel en
Granada, no a las 7, sino a las 8 y media.
Llegaron a por
nosotros un poco antes. A las 8 y 11 de la mañana Mimi me envió un güasapo (entiéndase
un mensaje de texto por WhatsApp) que no vi hasta las 8:24 am, cuando volvimos
a la habitación ya desayunados y listos, indicando que habían llegado. Era la
primera vez en la vida estábamos listos a la hora inicialmente pautada. Bueno,
casi listos. Rodrigo no tenía sus zapatos. Los había dejado en la camioneta
pensando en que la usaríamos para llegar al pie de la montaña. La noticia de
que nos íbamos todos en la furgoneta de José lo dejó descolocado. Para sazonar
un poco la prisa, las llaves del coche estaban guardadas en la caja de
seguridad del cuarto del hotel. Así que como de costumbre nos tocó correr a
último momento, especialmente a Rodrigo, para no hacer esperar mucho más de la
cuenta a nuestros guías de montaña.
Pasadas apenas
las 8 y media nos reunimos con Mimi, Natalia y José en el frente del hotel,
pero con la prisa de buscar sus zapatos Rodrigo se dejó el sombrero en la
habitación, y siendo éste un elemento importante bajo el sol granadino, le tocó
volver a por él, con lo cual terminamos saliendo sobre las 8:40.
A esto hubo que
sumarle el tráfico de Granada y un coche super lento que subía con calma la
angosta cuesta de la Sierra Nevada. José estaba angustiado de no llegar a
tiempo. Mimi intentaba comunicarse con la estación del autobusillo en la Hoya
de la Mora para que no se fueran sin nosotros. Llegamos pasadas las 9 y media y
no había un alma en la parada del autobusillo. Todo indicaba que lo habíamos
perdido.
Cerca del vivac de la Caldera |
Mimi ya hacía un
plan alternativo de subir al Veleta, cuando apareció la choferesa del
autobusillo que regresaba de su desayuno. Le habían dado el mensaje de que
íbamos tarde, y siendo él único grupo que viajaba a las 9:30 se lo tomó con la
calma debida.
La excursión en sí se puede resumir como una caminata fuerte por la montaña a 3
mil y tantos metros de altura. Se siente la falta de oxígeno y la de vegetación.
La primera en la respiración, la segunda en la piel y en la vista. No hace
calor allá arriba, pero el sol pega con fuerza. Lentes de sol, sombrero y
mangas largas son recomendables. Llevamos 4 botellas de litro y medio de agua
por persona que consumimos completamente, hasta la última gota. Cargamos
también en los morrales 2 bocadillos de lomo y queso, más dos sanguches de
ensalada de cangrejo, granolas, y galletas. Parte de la comida si volvió con
nosotros.
Sirva para el
registro histórico de esta excursión que todos llegamos con cierto dolor de cabeza
a la Hoya de la Mora. Dos causas probables fueron la altura y el sol. Granada,
nuestro punto inicial de partida, se encuentra a 730 metros sobre el nivel del
mar.
Mapa de la ruta:
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