Fauna urbana: Caracas
Eduardo Arroyo T. Octubre 2025 El perfume de unos restos descompuestos, animaron a una zarigüeya joven y traviesa a meterse en un pipote de basura por la noche, con tan mala suerte que, tras el banquete, ya no pudo salir y regresar a la maleza. Viendo en el aprieto en que se hallaba la zarigüeya resolvió, por los momentos, cobijarse en la bolsa de los restos , dormir a pierna suelta, reposar el banquete, que ya vería ella qué hacer cuando fuera de mañana No contó el animal con que al día siguiente vino el dueño del pipote a echarle más basura, y advirtiendo que la bolsa se movía, y pensando en un ser vivo que respira descubrió al durmiente. -¡Aquí no hay gato encerrado, sino tremendo rabipelado- dijo sorprendido el pipotero, y corrió a buscar una cámara con que tomarle una foto, tan pronto como, al voltear el pipote, la zarigüeya fastidiada despertara. El plan habría resultado a pedir de boca a no ser que, repuesta de una noch...