Kilimanjaro, 19 de Agosto. Uno llega a la cumbre, se toma un par de fotos y es hora de regresar. ¿A quién se le ocurre que eso es divertido, en especial sabiendo todos los sufrimientos que hay que soportar para lograrlo? Descenendiendo por Mweca. Descending through Mweca route En realidad, no lo es. Es uno de esos misterios de la naturaleza humana que nos separa del resto de los animales: Plantearse retos, sacarse la mugre, preguntarse mil veces a sí mismo: quién me mandó a meterme en esto, esforzarse por lograr algo que la naturaleza no nos exigía, para alcanzar una satisfacción que nada tiene que ver con nuestra biología. Los animales comen, defecan, duermen, se reproducen y mueren sin mayor propósito en la vida que preservar su especie, sin saber esto siquiera. Sólo a los hombres se les ocurre subir al Kilimanjaro para ver pasar las nubes desde lo alto, tocar el violín o el piano por puro placer, pintar la Mona Lisa, o hacer figuritas de mazapán. Quizás exagero....