Boca de Tomatlán - Las Animas - Quimixto

Estuvimos 10 días en Puerto Vallarta y atacamos dos veces el sendero de Boca de Tomatlán a la playa Las Ánimas. La primera vez nos quedamos en esa playa, la segunda llegamos a una cascada que hay en Quimixto. La razón de que lo hiciéramos dos veces fue porque nos encantó el sendero, lo cual en gran parte se debe a sus playas: Colomitos, Madagascar, La Troza, Los Caballos y Las Ánimas. No me atrevo a decir que este sendero es lo mejor de Puerto Vallarta, porque es difícil superar a las islas Marietas, a la tradición culinaria mexicana, y a la amabilidad general de la gente, pero sin duda merece ser recorrido. 

De Boca de Tomatlán a Las Ánimas el recorrido a pie tiene poco más de 4 kilómetros. El odómetro de mi GPS marcó 4.14 km. De allí a Quimixto el mapa en el terreno indica otros tres kilómetros, lo cual hace del recorrido completo de Boca de Tomatlán a Quimixto de unos 7 u 8 kilómetros (dependiendo como se redondee). Agrego la ruta en plano de Google más abajo.

Por sugerencia de Cuco, el vendedor de cocos en la playa de Los Caballos, en nuestro segundo recorrido, al llegar al pueblo de Quimixto, doblamos a la izquierda y subimos a una quebrada que está a 20 minutos del pueblo. De Boca de Tomatlán a la cascada de Quimixto, nuestro trayecto en Google Earth indicó 10.9 kilómetros. Hay unos dos kilómetros entre el pueblo y la cascada, con lo cual nuestro recorrido completo fue de unos 13 kilómetros hasta tomar la panga (bote) en el muelle de Quimixto. Para quienes calculan el recorrido de Boca de Tomatlán a Quimixto, sin subir al salto de agua, 9 kilómetros es un buen aproximado (un poco mayor que lo que indica el mapa en el camino).

Los paseos ocurrieron más o menos en estos términos:

Después de desayunar temprano, caminamos a la parada de autobuses que hay en la esquina de la calle Constitución con Basilio Badillo en la zona romántica de Puerto Vallarta. En esa esquina esta la parada terminal (última o primera estación, según como se mire) de la ruta de autobuses que conectan Puerto Vallarta con La Boca de Tomatlán. La parada en Boca de Tomatlán también es terminal. Todos los autobuses que te encuentres en esas dos paradas van al mismo sitio, de manera que no tienes forma de equivocarte. El autobús, o camión, como le llaman en México, cuesta 10 pesos por persona, independientemente de la distancia que recorras. El recorrido total se tardó unos 40 o 50 minutos.

Comenzando el camino

Una vez llegados a la parada del autobús de Boca de Tomatlán seguimos a la gente escaleras abajo. Buena parte de los que venían en el camión con nosotros en ambas oportunidades eran turistas que iban a tomar una panga para ir a la playa. En ninguna de las dos ocasiones iban con nosotros personas para hacer el trayecto a pie, aunque en ambos casos nos encontramos otros aventureros en la ruta. Para encontrar el comienzo del sendero nos tocó preguntar en un bar, ya que no vimos en el pueblo letreros indicando la vía. Al final no resulta difícil, uno baja siguiendo el gentío hasta la playa, y cuando se llega a la entrada del muelle, uno dobla a la izquierda paralelo al rio hasta encontrar el puente de tablas que te permite cruzarlo sin mojarte los pies. Más allá del puente de tablas había otro colgante, pero no nos hizo falta llegar hasta él. El nivel de agua del río estaba bastante bajo.

Puente de tablas para entrar al sendero

Una vez cruzado el puente, se dobla a la derecha y te devuelves hacia la playa caminando nuevamente paralelo al rio, por un sendero muy estrecho de tierra en la rivera contraria. Allí ya empiezas a encontrar las señales del sendero con marcas blancas y verdes similares a las que uno encuentra en el Bruce Trail de Canadá.

El camino transcurre entre árboles y piedras, con casas sembradas aquí y allá, y playas a lo largo. Hizo un calor agradable para sostener la caminata a buen ritmo. En total llevamos tres litros de agua en cada ocasión (un litro por persona) y nos alcanzó para cubrir la distancia. Al llegar a la playa de Los Caballos no pudimos resistir la tentación de comprar un coco. Allí conocimos a Cuco, el vendedor de cocos a su esposa y a sus dos hijos, que nos dieron sugerencias para continuar la ruta. Después de tomarnos el agua del coco, Cuco lo abrió y nos preguntó si lo queríamos con todo. Estábamos acostumbrados a comer el coco sólo, o convertido en cocada en una licuadora, nunca coco sazonado en la playa, pero para no dejar pedimos que la mitad fuera con tajín, sal y limón y la verdad que sabe bien. Los mexicanos conocen de sazón.

Nos tomó desde las 10 y media de la mañana hasta la 1 llegar a la Playa Las Ánimas el primer día, en buena medida porque nos paramos a tomarle fotos a todo. La segunda vez que fuimos, salimos a la misma hora y a las dos ya estábamos subiendo a la cascada en Quimixto. La primera vez almorzamos pescado, pulpo y langostinos a la parrilla en el restaurante los Conos en Las Ánimas, y de allí nos regresamos a las 4 y media en panga hasta Boca de Tomatlán; la segunda tomamos el peñero en el muelle de Quimixto, rescatamos a una bañista flotando en medio del mar, que se había caído de una banana sin que ninguno de sus acompañantes se enterara (o pretendieron no heberlo hecho), como fuera, la entregamos entera en la playa Las Ánimas, continuamos hasta la playa de Madagascar donde nos dimos un chapuzón, y finalmente llegamos a la Boca de Tomatlán para tomar el camión de vuelta. La panga nos costó 120 pesos por persona.

El nivel de dificultad de la caminata es intermedio. La dificultad viene por el desnivel, las rocas, y la tierra suelta en algunas pendientes, sin dejar de ser bastante segura.









Almorzando en Los Conos (Las Ánimas)








Playa los Caballos

Uno que no vivió para contarlo...





El video de lo ocurrido:

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