El descenso // Descending


Kilimanjaro, 19 de Agosto.
Uno llega a la cumbre, se toma un par de fotos y es hora de regresar. ¿A quién se le ocurre que eso es divertido, en especial sabiendo todos los sufrimientos que hay que soportar para lograrlo?
Descenendiendo por Mweca.
Descending through Mweca route

En realidad, no lo es. Es uno de esos misterios de la naturaleza humana que nos separa del resto de los animales: Plantearse retos, sacarse la mugre, preguntarse mil veces a sí mismo: quién me mandó a meterme en esto, esforzarse por lograr algo que la naturaleza no nos exigía, para alcanzar una satisfacción que nada tiene que ver con nuestra biología.

Los animales comen, defecan, duermen, se reproducen y mueren sin mayor propósito en la vida que preservar su especie, sin saber esto siquiera. Sólo a los hombres se les ocurre subir al Kilimanjaro para ver pasar las nubes desde lo alto, tocar el violín o el piano por puro placer, pintar la Mona Lisa, o hacer figuritas de mazapán.

Quizás exagero. Cuentan las leyendas del Kilimanjaro que una vez encontraron el cadáver de un leopardo en la cima de la montaña. Nadie ha logrado explicar que hacía allí y, quizás, la respuesta sea que lo llevó un hombre a cuesta para romperle el coco a los demás, o que el animal perseguía a un bípedo de los nuestros para comérselo. En cualquier caso, es un hecho aislado.

Divertido o no, explicable o inexplicablemente, allí estábamos nosotros, con nuestras 4 humanidades en plena efervescencia, en la cima de la montaña y nos tocaba bajar. No sólo las casi 8 horas que habíamos subido ese día, sino que teníamos que llegar a Barafu, recoger nuestro campamento, que habíamos dejado sin recoger la noche anterior, para continuar bajando, ese mismo día al campamento Mweca, a unas 4 horas más de camino. La explicación para éste maratón de montaña era que teníamos que bajar lo suficiente ese día para evitar el mal de altura.

Terminamos caminando unas 16 horas, incluyendo las casi 8 de la pesadilla, y en consecuencia llegamos molidos a nuestra última parada. Era la última noche en la montaña y la mejor que he dormido en mucho tiempo. El malestar estomacal había desaparecido, no estoy seguro si por efecto del descenso, o por las dos últimas meditaciones en las letrinas de Barafu (con su privilegiada vista del Mawensi) y del campamento alto de Mweca (con vista a una pared embaldosada).
Selva nublada // Rain Forest

El último día, caminamos nuevamente por la selva nublada, bajo las nubes, acompañados por los monos y turacos rojos. En tres horas llegamos a la puerta del parque donde nos esperaba el certificado de haber alcanzado la cumbre, y el autobús que nos llevaría de vuelta a Moshi. Habíamos, como decía el programa español, superado la prueba.



August 19.

After reaching the top, climbers take a couple of pictures and it is time to return back to Barafu. Who would think that's funny, especially knowing all the sufferings to be endured to achieve this?

Actually, it is not. It's one of those mysteries of human nature that separates us from other animals: To seek new challenges, to give everything for reaching something that has nothing to do with our own biology, to get involve in challenging activities and then questioning ourselves: what the heck I am doing here? to strive for something that nature did not require us, to achieve a satisfaction that has nothing to do with our biological functions.

Animals eat, defecate, sleep, reproduce themselves and die, without greater purpose in life than to preserve their species, even without knowing it. Only humans climb Kilimanjaro just for watching the clouds from above, or playing the violin or the piano for pleasure, painting the Mona Lisa, or make marzipan figures.

Perhaps I exaggerate. Legends told that the corpse of a leopard was once found at the top of the Kilimanjaro. No one has managed to explain what he was doing there, and perhaps the answer is that it was carried by a man with the only purpose to puzzle all his fellowmen, or maybe, the animal was chasing a biped of our specie to eat him. In any case, it is an isolated event.
Cerca de la puerta Mweca // Close to Mweca Gate 

For fun or not, explicable or inexplicable, we were there, with our 4 souls in full swing, on top of the mountain and we needed to get down. Not only the nearly 8 hours that took us to climb that day, but we had to reach Barafu Camp, pick up our camp, that we had left uncollected the night before when we started the last climbing, to continue down that day to the Mweca Camp, about 4 hours away from Barafu. The explanation for this mountain marathon was that we had to go down enough that day to avoid altitude sickness.

We ended up walking about 16 hours, including the almost 8 hours of nightmare climbing, and consequently, we finished completely exhausted our last stop. It was the last night on the mountain, and the best I have slept in a long time. My stomach was much better, I'm not sure if it was the effect of the descent, or the last two latrines-meditations I did at Barafu (with its privileged view of Mawenzi) and high camp Mweca (overlooking a tiled wall).
The last day, we walked again through the rain forest, under the layers of clouds, accompanied by monkeys and red turacos. In three hours we reached the park gate where we waited for the certificate to have reached the summit, and the bus that would take us back to Moshi. We had, as on old Spanish TV program said, passed the test.
¡Prueba superada! // Mission Accomplished!

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